Caja no. 40
Expediente: 1
Lugar: Quito /
Fecha: 27 de febrero de 1751 /
No. de folios: 50
Contenido: Causa criminal contra las señoras doña Antonia, doña Petrona y doña Rosalía Pérez de Bustamante iniciada por el Corregidor de Otavalo, general Alonso Núñez, (esposo de doña María Dávalos con quien las inculpadas se querellaron), por los excesos cometidos en dicho asiento por las tres señoras. (Ver C39 expediente 6)
Caja no. 40
Expediente: 2
Lugar: Quito /
Fecha: 13 de marzo de 1751 /
No. de folios: 21
Contenido: Querella criminal contra don Juan Tello de la Chica, Corregidor de Cuenca, puesta por doña Gertrudis Cotes de Peralta por excesos y atropellos, pese a que la mencionada señora tenía inhibitoria para ella, sus familiares y domésticos, otorgada por la Real Audiencia.
Caja no. 40
Expediente: 3
Lugar: Quito /
Fecha: 23 de marzo de 1751 /
No. de folios: 584
Contenido: Causa criminal en capítulos puesta por doña Ventura Bugarin contra el Corregidor de Riobamba general José de Manterola, por excesos cometidos contra el esposo de la denunciante y en general con los habitantes de la villa.
Caja no. 40
Expediente: 4
Lugar: Quito /
Fecha: 27 de marzo de 1751 /
No. de folios: 33
Contenido: Expediente de las reclamaciones que hacen: el doctor Javier de Piedrahita, alguacil mayor de Corte, Javier de Leguia, escribano receptor y más acreedores e interesados sobre sus derechos pecuniarios, en la causa criminal que se formó en Ambato por los pleitos de don Baltazar Vásconez y don Ventura Huerta.
Caja no. 40
Expediente: 5
Lugar: Quito /
Fecha: 17 de abril de 1751 /
No. de folios: 97
Contenido: Causa criminal seguida contra Juan del Castillo maestro platero y su mujer Manuela Sánchez, vecinos de Quito, por Manuel Villegas, por las injurias que hicieron a su esposa Margarita de Aroca a quien la llamaron “zamba” y “adultera” entre otras cosas, como si “fuera una triste india”.
Caja no. 40
Expediente: 6
Lugar: Quito /
Fecha: 29 de abril de 1751 /
No. de folios: 17
Contenido: Causa criminal contra Tomás de Villalobos seguida por el procurador del convento del Gran Padre San Agustín, acusándole de haber tomado una cantidad de pesos de la caja que era de fray Francisco de Villalobos cuando éste le dio las llaves de una capilla. Se conoce que el mencionado fraile falleció y el acusado era su hijo legítimo, ya que su padre era un religioso converso.